domingo, 17 de febrero de 2013

PRIMERAS VALORACIONES



En primer lugar y después de la primera clase creo conveniente explicar cuál es para mí el significado de la asignatura y qué espero de ella.
Así pues, atendiendo al propio título de la asignatura, la palabra intervención conlleva para mi proceso de ayuda y de pautas de acción aquellos que presentan dificultades en algunos de sus ámbitos. De este modo, entiendo la asignatura como preparación para dar unas pautas de intervención, es decir, la asignatura nos va a proporcionar una serie de herramientas para ser capaces de intervenir en los problemas y dificultades derivadas de las ciencias sociales.
Es por ello que espero de la asignatura que me dé unas pautas reales, es decir, que verdaderamente pueda aplicar a la realidad del aula, así como orientar en las mismas a los profesores especialistas. Mi deseo es que al finalizar la asignatura sea capaz de poder desenvolverme de forma satisfactoria y provechosa ante las posibles situaciones donde se presenten dificultades de este tipo. Cabe destacar que a lo largo de mi formación como orientadora no se me han ofrecido este tipo de pautas, es por ello, que no me siento preparada para resolver correctamente este tipo de situaciones y se me hace necesaria(y es lo que espero que pueda conseguir) una serie de indicaciones que me ayuden ante este tipo de dificultades.
De la primera clase, destaco como contenido que más puedo aplicar y que más me ha resultado interesante la rutina de pensamiento del Proyecto Cero (Veo, pienso, me pregunto). Esta rutina puede ser aplicada no sólo a cualquier materia sino a cualquier ámbito de la vida personal, es por ello que considero que es muy buena herramienta para enseñar a los profesores y a los alumnos, además, puede ser adaptada a cualquier nivel y edad, empezando incluso en el primer ciclo de Primaria.
También me ha parecido relevante el dato de la cantidad de suspensos que hay en la actualidad en los institutos en ciencias sociales, en comparación con mi propia experiencia como alumna hace unos años, donde los suspensos eran fundamentalmente en matemáticas y física y química. Claramente se observa un cambio que debe hacernos pensar en que algo está fallando, y que toda la culpa no la deben de tener los alumnos. Este dato lleva relacionado otro contenido trabajado hoy en clase como es “El cono del aprendizaje” de Edgar Dale. En él se observa como aprendemos en un 90% lo que hacemos y decimos nosotros mismos, y no lo que oímos o vemos. Es por ello que se demuestra que como realmente se aprende es “haciendo”, experimentando, etc.; con lo cual parece obvio que la enseñanza debe estar basada en ello y tenerlo en cuenta para mejorar el aprendizaje. Por propia experiencia esto no es así y es por ello que la mayoría de contenidos que he aprendido a lo largo de toda mi formación se me han ido olvidando en un período relativamente corto de tiempo. Como maestra y futura psicopedagoga tenemos que orientar al profesorado, pero para ello conviene conocer pautas reales y prácticas para poder cambiar el modo actual de la enseñanza.
Siguiendo la rutina de pensamiento anteriormente citada del Proyecto Zero, en este caso me pregunto ¿cuáles son esas pautas que nos pueden ayudar en la práctica diaria? Espero que al final de la asignatura sea capaz de contestar.

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